Como un pensamiento mágico, creemos en la noción de individualidad, de libertad personal, del esfuerzo y determinación. Todo eso está muy bien, pero sin los demás solo somos un andamiaje en el barro. Como un neón que todo lo ilumina, una verdad radical dice: en el código del ser humano está escrita a fuego su condición de animal social. Del grupo de los muy sociables primates, nuestra especie es la campeona de la sociabilidad, y gracias a ese rasgo, junto con el de la inteligencia y la cooperación, cree haberlo conseguido todo….

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