Figuras, Fundación y Canal Toros: la generosidad nunca llega tarde

Como el parto de los Montes ha sido el nacimiento del proyecto de la Fundación Toro de Lidia (FTL). La criatura es de la FTL. El soplo de vida se lo da Canal Toros (Movistar Plus). Sin tele no hay party. Sólo quienes han estado dentro del saco amniótico saben de las dificultades de la gestación. Los palos en las ruedas, los torpedos internos, las bombas externas. Torpedero Tucumán no ha parado desde el vientre de la ballena.

Más allá de la capacidad de trabajo y encaje, más allá de lo tarde que viene el circuito -aunque la generosidad nunca llega tarde-, el cable de ayuda de doble dirección -principalmente de la plataforma digital a la FTL pero también de la FTL al canal temático necesitado de contenidos-, destacaría por encima de todo la generosidad y la paciencia. Generosidad de las figuras que se han mantenido fieles a la idea con El Juli como puntal inamovible ante la estampida; y generosidad y paciencia infinita de un Canal Toros enrocado en la espera más que en la acción. A lo peor no se reconstruye nada, el título queda pomposo -Circuito de Reconstrucción- y la refundación de la tauromaquia es algo muchísimo más profundo que exige una demolición previa de las viejas y caducas estructuras. Pero es una demostración de que hay vida, una gota de agua en el desierto, un ingresito que no salva de la ruina, una bolsa de agradecer para los más castigados, para las cuadrillas, por ejemplo. Los matadores consagrados no facturarán más que los gastos cuando el proyecto ronda los dos millones de euros. Dos millones que vienen de las arcas de Movistar Plus.

La Fundación y el Canal taurino son conocedores de que ahora los elogios brillarán por su ausencia y vendrán las críticas a todo. A que sean cuatro toros, a las plazas, a los carteles, a la ausencia de mengano y la presencia de fulano. A todos menos a los que se han quitado de en medio. Y a los torpederos.

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