Joyce DiDonato: "Las próximas elecciones en EEUU son la batalla de nuestra vida"
La ‘mezzo’ estadounidense reaparece en España tras lo más crudo de la pandemia con dos actuaciones en El Escorial (jueves) y el Festival de Santander…

Hay que rebuscar mucho en el panorama operístico-clásico para encontrar una cantante como Joyce DiDonato (Kansas City, 1969). La mezzosoprano estadounidense no sólo es un prodigio vocal, capaz de alternar repertorio barroco con piezas contemporáneas, como la versión operística de la película ‘Pena de muerte’. También tiene una personalidad arrolladora que la diferencia del frío y endogámico ‘star-system’ lírico. Por eso se esperan con verdadera ansia sus actuaciones en El Escorial (el jueves) y el Festival de Santander (el sábado), acompañada de la pianista Carri Ann Matheson. Un reencuentro tras lo más crudo de la pandemia antes de su segunda gira, en invierno, para presentar dos espectáculos: ‘My favorite things’ (junto a Il Pomo d’Oro) y su disco ‘Songplay’, entre el jazz y el barroco.
«Estos conciertos en agosto están un poco más adaptados al momento actual, tratando de encontrar elementos que hablen con fuerza del ahora», explica DiDonato al teléfono. «Por ejemplo, para mí es una declaración de intenciones arrancar con Mahler, algunas piezas del ‘Rückert-Lieder’ que nunca antes he cantado. Un estreno en el que explicaré cómo he vivido esta etapa del coronavirus y cómo quiero salir de ella».
La pandemia, explica, ha sido para ella «una experiencia muy fuerte y, como todos hemos podido comprobar, un momento de aislamiento». Como artista, señala, «ha sido muy doloroso no tener el privilegio de la música, de expresarme y compartirlo con el público». El arte sonoro «nos permite conectarnos en un momento realmente difícil», sostiene. «Conozco a muchas personas que se han sentido bastante aisladas y la música ha sido un salvavidas». Por eso, ella y sus colegas se han esforzado en «tratar de encontrar formas de regresar con seguridad y llevar la música a la gente».
«Me siento muy orgullosa de la comunidad artística porque hemos estado regalando todo tipo de contenidos gratuitos durante estos tiempos, aunque yo he optado más por la experiencia de la soledad y el silencio que por hacer muchas cosas en Internet», confiesa. «Aquellos que tenemos la posibilidad de crear tenemos que hacer algo con significado real, no sólo entretenimiento. Cosas que nos consuelen, que nos desafíen, que nos puedan sanar».
Por eso, mira hacia arriba, a los sillones de mando. «Los gobiernos tendrán que reconocer que la cultura es una parte vital de nuestra vida cívica. Y que hay que apoyarla igual que se apoya a bancos, aerolíneas y restaurantes». En ese mirar arriba, hay un momento crucial: las elecciones presidenciales en EEUU este otoño: «Ha sido muy intenso, como estadounidense, ver cómo mi país ha reaccionado a esto. Ha sido desgarrador. Poro eso, mi esperanza es que la respuesta que hemos tenido despierte a mucha gente»
«A menos que haya un fraude electoral», prosigue, «tendremos el gobierno que merecemos. Por acción o inacción. Por aceptación o intolerancia. En los tres años y medio que lleva Trump hemos visto la gran cantidad de destrucción que un ser humano puede hacer cuando se le permite». Frente a él, «el vicepresidente Biden, que se postula como alternativa, ha dicho que esta es una batalla por el alma de Estados Unidos. Y aunque suene un poco comercial o de película de Hollywood, creo que tiene razón. Tenemos la posibilidad de ser un país extraordinario, tolerante, libre, en crecimiento y pleno de los ideales sobre los que nos fundamos. O tenemos la posibilidad de rendirnos a nuestras tendencias más oscuras, la codicia, la corrupción, la intolerancia, la desigualdad, el racismo y todas estas cosas que están presentes en nuestro país. Estamos ante la batalla de nuestras vidas. No creo que haya un punto medio. O vamos a un extremo o al otro. Y espero que tomemos el camino humano».
Preguntada sobre el caso de su colega Plácido Domingo, DiDonato no escoge la postura fácil. «Todos necesitan tener su oportunidad ante un tribunal. Si alguien ha sufrido cualquier maltrato, tiene todo el derecho y el deber de acusar a la persona que lo maltrató ante los tribunales. Eres inocente hasta que se demuestre lo contrario y todo ser humano merece la oportunidad de defenderse. Y esto es complicado en el mundo de hoy, en el que eres juzgado en 30 minutos en las redes sociales», denuncia.
«Soy una firme defensora de las mujeres y del movimiento feminista», deja claro la cantante. «Está claro que las mujeres que han sido maltratadas son inmediatamente deslegitimadas. Éste es un gran problema, pero creo que la mejor manera de abordarlo es asegurarse de que los acusados tengan su oportunidad y se responsabilicen por lo que han hecho y podamos empezar un diálogo.Ahí es donde comienza la curación. Y, por supuesto, que quien no se responsabilice, pague por ello».
Conforme a los criterios de