Millán-Astray, tullido, exaltado y kamikaze a plazos
En la Legión se realizó más en la exaltación que en lo intelectual. Fue un ‘ciego’ de furia que demostró a Franco una lealtad sin…

De seguir vivo, no creo que le preocupara demasiado el furor iconoclasta, también llamado memoria histórica, que le ha elegido por objeto vistoso de revancha. Según ha confesado su hija, Peregrina Millán-Astray, papá era de la opinión de que las estatuas solo sirven para que se caguen encima las palomas. Tampoco le gustaba salir en los periódicos, porque a su juicio solo valen para secarse el culo. No era un hombre dado a la corrección, ni por cierto a la política, ni por tanto a la corrección p
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