Saturnino Martín Cerezo, el último de Filipinas
No fue solo el último de Filipinas, y el último del imperio español, sino quizá el último también de una estirpe de empecinados épicos

No fue solo el último de Filipinas, y el último del imperio español, sino quizá el último también de una estirpe de empecinados épicos que arranca en Numancia, pasa por Rocroi, sigue por Madrid bajo carga mameluca y llega hasta el capitán Santiago Cortés, el guardia civil que aguantó ocho meses el asedio republicano al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, de donde salió únicamente para morir de sus heridas. Este solar de obstinados ha dado muchos hombres como estos, y por eso cantaba atónit
Para seguir leyendo, hazte Premium
¿Ya eres Premium? Inicia sesión
Mensual
Oferta de verano
/mes durante 2 meses
y después 7,99 €
Anual
4 meses gratis
Gratis 1 año de Legálitas Estándar (valorado en 240€)
Conforme a los criterios de